lunes, 26 de enero de 2009

Carta a Peter Pan :



¡ Hola Peet ! Cuando era pequeña no dejabas de ser para mí una película más de niños, de esas que ponían los sábados por la tarde y que podías ver sin temor a que ninguna palabra malsonante, ni ninguna escena fuera de tono apareciera interrumpiendo una tranquila inocencia. No te entendía, claro, era una niña, no sabía lo que era ser adulto por lo tanto, ni lo ansiaba ni lo rechazaba, simplemente como niña que era disfrutaba.
Hoy te he echado de menos especialmente. Me he acordado de ti y de esa necesidad de no dejar nunca de ser un niño. Me he acordado porque estoy cansada de un mundo de adultos cuyo máximo exponente es la vida de los demás. Da igual lo que hagas con la tuya, en este mundo de adultos lo que importa es lo que ves en la vida de los otros, eso y el dinero. Me agota, me entristece. ¿Tan difícil les resulta vivir su propia vida, sentir su existencia ? ¿Tan complicado les resulta ?, O es que ¿ no les gusta lo que tienen, más bien lo que son y por eso se distraen dañando a los demás ?. Yo solo quiero disfrutar de lo que tengo, de lo que soy, de lo que me regalan cada día cuando alguien se cruza en mi camino y me dice lo guapa que estoy. Sonreír, me encanta.
Solo quiero correr por la nieve, y pisarla y hundirme en ella, y quedarme clavada de rodillas. Solo quiero remover los árboles y que nieve solo para mí. Quiero sentir el viento en mi rostro cuando paseo en pistas de nieve y que me acaricie tan ricamente. Quiero regalarme la vista una y otra vez… es tan bonito todo.
Sí, me emociono en la cabalgata de los Reyes y me sonrojo cuando “alguien” me empuja para que les de la carta que les he escrito. Me endulzo solo con ver palacios de bombones de todos los colores, de mil formas diferentes y todos tan ricos…
Quiero cerrar los ojos y que la música me invada hasta oírla con los cinco sentidos, y que mi cuerpo baile para ella con todo lo que le hace sentir.
Gozo cuando acaricio un rostro que quiero y lo veo con las manos y no con los ojos. Siento paz al despertar y sentir una mano amiga, amante, cómplice … y ver montañas bañadas en nata, porque es nata, no es nieve, es dulce.
Y en solo horas aparece Jafar, y el Capitán Garfio, y la bruja de Blancanieves y todos los malos de verdad, todos, y te rodean y pretende inundarte con su manera de ver la vida. No hacen lo que tienen que hacer, cosa que te da igual, pero encima te pretenden arrastrar con ellos. Y tú solo pides espacio, libertad, sitio donde encontrar tu propia nieve aunque ellos no la vean, está ahí. Sólo quieres correr entre la hierba que se contonea con el viento, aunque sigan sin verla ¿ por qué los mayores ya no saben disfrutar aquello que no tiene forma, ni color, ni textura ? ¿ por qué tienen la necesidad de verlo todo ?.
Vale, ya no soy una niña, y sí, responsabilidades de adulta ya me rodean, hace que tiempo que vivo con ellas. Y cuando los problemas de verdad se presentan sin avisar, estoy ahí y respondo por mi misma y por mi gente. Pero mientras la vida me sonría y me cuide ¿ por qué la voy a desperdiciar criticando a los demás ? no lo entiendo . Yo solo vivo, mi vida. ¿ por qué los adultos se fijan tanto unos en los otros ‘ ¿por qué siempre quieren lo que no tienen ? y sobre todo ¿ por qué nunca ven lo que tienen y que es tan importante ?.
No quiero vivir en un mundo donde las cosas se esconden y no se dicen a la cara, no quiero verme rodeada de gente que miente, que está esperando a que tropieces solo para poder hablar de algo. No me gusta. Me fatiga.
Pasará el tiempo y si Dios quiere seré madre, y seré más chiquilla que mis propios hijos, siempre que pueda seguiré pidiendo un globo en el circo, siempre que alguien me “lleve” al zoo yo estaré ahí con la ilusión de una niña que nunca ha visto tan cerca a los animales. Y por Dios que sea así siempre, no quiero que este mundo me pueda, un mundo que ha olvidado valorar las cosas, un mundo que cree que todo le pertenece porque sí, un mundo esperpéntico de falso.
Hoy me alimento de los niños que me rodean cada día en mi trabajo y que es de lo poco sincero que tengo. Algún me alimentaré de mis propios hijos, y ellos de mí. Y mis niños, los que no son míos y los pido prestados, también, ellos también se alimentan de mí. Nos cuidamos mutuamente, nos entendemos porque seguimos creyendo que el mundo se acaba pero al día siguiente vuelve a salir el sol y tienes la esperanza de que ese cuento malo, sea al menos un poco menos malo.
Sí, tengo 25 años y soy Peterpanista, y lo seré siempre. Cuando veas a alguien tirándose en la nieve que seguro que no tiene el Carnet Jove, seré yo fijo. No podré evitarlo, si hay un lago, ahí estaré yo para quitarle esa calma que lo caracteriza.
Quiero ser una niña siempre en la medida que pueda, quiero sentir mi propia vida, la de mi gente, la de los que quiero.
Quiero sentir tanto que la ansiedad me impida decir lo que siento, es tan maravilloso el silencio cuando es simplemente porque no puedes de tanta felicidad.
Quien sabe, quizás algún día reniegue, y me queje por todo, y todo me parezca mal.. uf solo de pensarlo me pongo mala. No , yo no podré , porque de nuevo saldrá el sol y vendrá con un nuevo día que traerá algo para enseñarme, solo hay que tener ese ojo peterpanista para verlo.
Eternamente niña




MAYO 2001

1 comentario:

PAAULAA dijo...

m'encanta.
la he leido y me he acordado de momentos,cuando era pequeña,que todo daba igual,q todo lo que hacía parecia estar bien,que no tenia ninguna preucupación,que no habien problemas de amores,que la vida como se dice era de color rosa.
No quiero perder nunca este punto de vista de las cosas,lo mejor es vivir tu vida,disfrutar al máximo y creer que por mucho q te hagas mayor dentro sigues siendo la niña, que eras de pequeña.

Muchos besos Mónica
PAULA