jueves, 28 de agosto de 2008

La reflexión del día

Noticias de las 9
Un automóvil es arrollado dos veces en una autopista pues la primera vez que fue arrollado ningún vehículo se paró a ayudar ni informó del percance. Tres minutos más tarde fue llevado por delante por otro coche. El conductor se recupera en el hospital, no sabemos si de las heridas causadas por el golpe o de la incredulidad al ver que todos los coches que pasaban lo ignoraban.
Tres menores dan una paliza a una persona que les había llamado la atención, cae al recibir varios puñetazos muere al darse un golpe en la cabeza. Esta persona no se ha recuperado.
Los animales solo atacan para defender lo que es suyo o para comer, y en consecuencia sobrevivir.
Puede que ellos sean animales, pero está claro quienes son las bestias.

Da miedo. 153 muertos.



153 muertos. Da miedo, miedo y tristeza ¿ cómo pueden pasar cosas así ?. 153 vidas segadas, 153 historias truncadas, 153 familias destrozadas, 153 lamentaciones, 153 " y si ", 153 desconsuelos, 153 perdones que ya solo se dirán en sueños, en la iglesia, en monologos interiores , 153 "te quiero" que llegaron tarde, 153 disculpas que nunca se dijeron ... Demasiadas cosas pendientes para quedar en el tintero de 153 personas que se iban a descansar, a trabajar, de 153 personas que estaban viviendo.
No he querido ver muchas noticias al respecto, aunque es díficil. Pero imagino lo que está pasando, imagino lo que se está diciento. Se buscan responsables, buscamos razones, buscamos culpables, pero lo que más buscamos son explicaciones, y por desgracia estas cosas no se explican. Solo pasan. Con el tiempo se sabrá, quien sabe, que hubo alguien, a lo mejor no fue uno solo, quizás fue un grupo de personas que pasó por alto un detalle, algo que hizo que el avión comenzara su vuelo sin el 100% de garantías de que todo fuera bien. Un error humano, como el que opera habiendo obviado una alergia a un medicamento, o el que deja en libertad a un violador por no haber firmado en su momento un papel crucial para su encarcelamiento. Alguien se equivoca, porque puede pasar y muere gente. Y es que creo que hay trabajos demasiado mal pagados y demasiado mal castigados. La responsabilidad de un médico, de un juez, de un mecánico de aviones es alta, es una gran carga a soportar, que no está reconocida como debiera, ni castigada su negligencia como tendría que estar. O a lo mejor , después de muchas investigaciones, quien sabe, concluirá un informe en el que diga que fue un accidente, que estas cosas pueden pasar, que es muy improbable, pero que ha pasado.
Aunque en realidad, dará igual lo que haya pasado "mi padre quiso bajar de ese avión". " mi hermana huía de su marido que la pegaba", "eran cuestiones familiares y yo no quería ir" podría decir un marido, una esposa ... las lamentaciones son muchas y da igual si no tenemos, las inventamos. Cuando la muerte decide arrasar, así, sin avisar, sin ni tan solo poderlo imaginar, nuestro cerebro, nuestro corazón y sobre todo nuestra necesidad de supervivencia inventan lo que haga falta para cubrirnos de un extraño velo que nos protege. No sabemos ni siquiera de qué, pero nos sentimos más aliviados cuando tenemos un lugar donde dirigir nuestra ira. Todo vale, un "quizás", un " y si", un ... una salida.
Y hay que creer en Dios, y yo, que soy creyente, en estos momentos me pregunto dónde está, y yo que bendigo la mesa, que doy gracias cada día, que en la iglesia me siento querida y resguardada, le pregunto ¿cómo permites que pase esto? Y el silencio me envuelve porque no consigo siquiera imaginar una respuesta. Entonces llega la fe. La fe en Dios; en el destino; en una Virgen ; en "lo que tiene que pasar pasa"; en un Santo ; en "me maldijeron". Podemos llamarlo como queramos, religión, destino, supertición ... da igual somos seres humanos, tenemos sentimientos y necesitamos aferrarnos a algo. Por desgracias han sido 153 familias las que se han tenido que aferrar a ese algo de golpe. Porque la realidad es que no estamos preparados para esto, no se nos prepara para vivir sin encontrar pareja, para no tener hijos, para morir cuando "la naturaleza" no nos ha llamado aún. Socialmente no pensamos que estas cosas pueden pasar, y pasan. Y cuando ocurren solo podemos decir " estoy aquí para lo que haga falta, mi más sinceras condolencias".

La frase que más oigo

La frase que más oigo durante estos días es “jo, tú sí que vives bien”, y la razón es simple, soy profesora, tengo un mes de descanso retribuido y un mes de vacaciones y no, no vivo mejor ni peor que nadie, quizás de hecho vivo más cercana a la realidad de lo que me gustaría a veces, sobre todo cuando veo a dónde vamos, a donde nos lleva esta sociedad consumista y despilfarradora. Sí, me duele ver cada vez más adolescentes con ipods, móviles, ropa de marca … pero sin padres, y digo sin padres porque apenas los ven, y sus padres no los conocen. He visto casos realmente tristes de chavales con verdaderos problemas de autoestima al no tener una referencia en casa, eso sí, caprichos y demás tienen de sobra. Sí, me siento una privilegiada porque voy al parque con mis hijos y mi marido, y prácticamente somos los únicos, ves niños y padres o madres, y en su mayoría canguros. Y luego pasan cosas … ¿no van a pasar si los niños, los jóvenes tienen a dónde ir a dormir, dónde poder comer … pero no tienen con quién hablar, en quien confiar? ¿nos sorprenden que cada vez se sepa hable más de sexo en las aulas y luego se practique con menos edad el sexo? ¿nos escandalizamos al saber lo malas que son las drogas y vemos como el consumo aumenta? Es simple, vivimos en la época del “todo vale”, del “no pasa nada”. Claro que no pasa nada si las niñas van enseñando el tanga, o si los chavales van enseñando los calzoncillos, si van al cole con navajas o fuman porros a la hora del patio, evidentemente que el mundo no se acaba, pero lamento decir que sí que pasa algo. Y la solución no está en ayudar a los padres con una ayuda única de 2500 euros ¿ se han planteado que quizás sería más conveniente alargar la baja maternal como mínimo un par de años? ¿ han pensado que quizás una reducción de jornada respetando el salario hasta los 8 años haría que los padres estuvieran más tiempo con los pequeños y por lo tanto su educación, su concepción de la vida sería mucho más coherente y sobre todo estable? Sí, creo que una visita al médico es igual de importante que una entrevista con el tutor de curso, sí, considero que ir a ver al pequeño al festival de Navidad tendría que estar dentro de los días de permiso retribuido a los que tiene derecho un trabajador. Veo el mundo cómodo y caprichoso que estamos haciendo, que les estamos dando, un mundo en el que tienen de todo y no valoran nada, en el que no se enseña a respetar y lo que es más importante a ser respetado. No todo es así evidentemente, aún hay padres que solo tienen un televisor en casa y no permiten que sus hijos pasen las tardes en su cuarto entre ordenadores y consolas; aún hay padres que enseñan que para pedir hay que dar; una vez vi a un padre que tan solo con la mirada consiguió que su hijo se sentara y pidiera disculpas… Es simple, trabajamos hasta la saciedad para tener de todo, y llegamos tan agotados que es más fácil decir que sí, que dar explicaciones o atenciones. Me da pena cada vez que oigo lo bien que vivo, porque en definitiva es cierto, aunque como dice un compañero “ no es que nosotros tengamos muchas vacaciones, es que el resto no tiene las que se merecen sus familias

Dios bendiga a los "guiris" ellos están siempre descansados

Hace unos años tuve la suerte de conocer Finlandia en bici, eso nos permitió no solo ver y admirar los paisajes, sino también conocer las gentes y su cultura, ver cómo viven, cómo sienten, cómo son realmente y no cómo te dicen las guías para turistas. No fueron pocas cosas las que me sorprendieron, bueno, básicamente una : lo civilizados que llegan a ser. Habían cosas que incluso resultaban cómicas: podías ver cómo la gente a pesar de no venir ningún coche en una larga recta esperaban hasta que el muñequito se ponía en verde, eso sí, entonces pasaban sin mirar; o ver en los parques de los pueblos juguetes que los niños utilizaban y luego dejaban allí para otro niño, esos juguetes los ponían los ayuntamientos; o encontrar nuestra preciada mochila roja con toda la documentación y dinero en un Mac Donals diez minutos después de haberla olvidado, es más, un grupo de chavales la apartó, no la cogieron ni la miraron, la razón era simple : no era suya. Allí nadie se llevaba lo que no era suyo, pues no era lo normal. Impresionante ¿sabéis cómo pásabamos las tardes ? Dejábamos las bicicletas cargadas, con todo el materíal : las alforjas, los mapas, los guantes y las gafas encima del sillín, y pasábamos el rato mirando a cierta distancia cómo la gente pasaba y no tocaba nada, bueno, en una ocasión se cayó un guante y un señor se paró a cogerlo y colocarlo en su sitio. Impactante ¿no?. Allí, al menos por aquel entonces, no habían cámaras de seguridad, pues delegaban en ti la presunción de inocencia, daban por hecho que no ibas a llevarte nada por lo tanto podías pasearte por la tienda y tocarlo todo sin tener la sensación de que te están vigilando.
Fue la primera vez en mi vida que sentí que éramos tercermundistas. Me dio vergüenza, porque se veía todo tan natural, tan normal. Aquí sin embargo, nada de eso ocurre. En una ocasión, en el metro vi cómo una extranjera llamaba la atención a unos jóvenes por tirar papeles al suelo, tuvo suerte de que solo se rieran de ella, podían haberle soltado una fresca que por desgracia hubiera entendido.
Pues bien, hoy he recordado todo aquello al tener que aguantar la mirada de unas 6 personas jóvenes, la mayoría que venía de la playa, cuando al entrar en el autobús con mi hija dormida en brazos - y no levantarse nadie- he tenido que decir :
- ¿Me permite alguien sentar? Es que voy con la niña y ...
Y en ese momento he sentido vergüenza ajena, no han tenido pudor, jóvenes y no tan jóvenes en seguir con sus holgazanes culos pegados en el asiento - ahí se les llenen de almorranas- en mantener la mirada y no levantarse. A Dios gracias, un guiri, un inglés que seguro no entendía nada de lo que yo decía, se ha levantado en dos segundo y me ha ofrecido el asiento. Debe de ser que ellos están siempre descansados. Aunque bueno, los de aquí, sabían de cultura europea, porque se han hecho muy bien los suecos.