Una columna de AMOR

.... caminaba con mis cascos puestos ... escuchaba la canción que ahora oís, y pensaba en él. En esa persona que se ha cruzado en mi vida casi sin quererlo, en ese ser que me acompaña cada día y que me ha traído un cosquilleo que solo tuve en la adolescencia. Pensaba en él y sonreía, aún oía sus palabras que volaban por el móvil hasta llegar a mí " he conseguido el trabajo ", sonreía porque me alegraba por él e imaginaba en mi mente lo contento que estaría. El calor que ya asoma por entre las nubes ha hecho que hoy paseara solo con mi nueva camiseta fina de primavera, y así, sonriendo ... el destino ha querido que al girar la esquina lo viera. Él charlaba cariñosamente con su "amiga", y al verme, ha sonreído, y se ha desligado de su compañía para acercarse a mí. Y la música nos arropaba desde el fondo de nuestro momento, nadie lo sabía, una mirada confundida nos espiaba, miraba, pero no veía ... no veía lo que realmente ocurría. Solo nos sonreíamos ... "enhorabuena" susurré ... "gracias" respondió. Y ella ha visto que nos dábamos dos besos, dos besos de compañeros, de amigos ... Pero en realidad eran dos besos que escondían todo el deseo que no se puede tener entre dos seres tan alejados por la sociedad y tan cercanos por los sentimientos , toda la pasión que no podemos dejar salir cohibida por la hipocresía ... dos besos ... y a través de ellos nuestros labios han llegado a nuestra piel llena de emoción... nuestros cuerpos se han sentido en la rutina de la calle, como nunca antes en la intimidad de una alcoba. Y hemos hecho de ese momento efímero, un momento eterno, solo nuestro... escondido en la rutina de la calle, entre la confusión de una intrusa y el roce discreto y pasional de nuestras manos que jugaban a que no pasaba nada ...