lunes, 14 de junio de 2010

Quiero pedir perdón ....


Quiero pedir perdón por todas la cosas que hago mal cada día, por todos los errores que cometo mientras trato de educar a mis hijos con ayuda de su padre.

Quiero pedir perdón porque creemos en el "porque lo digo yo", "porque lo dice papá", "porque lo dice la mama". Pido perdón porque en casa el respeto a los mayores es un principio básico que ha ido pasando de padres a hijos desde que mi bisabuelo tenía que robar bellotas para que mi abuelo pudiera cenar por la noche.

Pido perdón porque mis hijos tendrán lo que hoy llaman traumas, porque no les explicamos todas y cada una de las decisiones que se toman en casa. Porque no les compramos todas y cada una de las cosas que piden, porque les dejamos llorando en el suelo de un supermercado porque no les hemos comprado las patatas que querían.

Pido perdón por no tener ninguna intención de ser la amiga de mis hijos, ni la colega de sus amigos. Pido perdón porque lo único que pretendemos como padres es que se sientan queridos y fuertes, y sobre todo que confíen en nosotros.

Perdónenme, se lo ruego, porque en mi casa damos gracias todos los días porque estamos bien, y tenemos algo para comer, un lugar donde ir a trabajar, una casa donde resguardarnos. Debemos ser carcas, o vete a saber qué, por eso pedimos perdón.

Pido perdón porque les llamos la atención a mis hijos todas y cada una de las veces que levantan la voz a cualquiera de sus abuelos, y porque les enseñamos a decir "gracias" o "perdón".

Pido perdón por preferir una bici a una consola, una playa a una habitación...

Lo siento, lamento enormemente que entendamos que nuestros hijos son movidos, traviesos y despistados; ante un temeroso TDAH ( transtorno de atención e hiperactividad) siendo conscientes de la existencia de casos, también lo somos del hecho de que nuestros hijos requieren atención, paciencia y respeto.

Pido perdón porque no le dejamos elegir a nuestros hijos sobre la ropa que se van a poner, o lo que van a comer ese día, porque coartamos su libertad de elección. Porque llevamos a nuestros hijos a un colegio donde llevan uniforme y es religioso - esto creo que tampoco se lleva -.

Pido perdón por haber dado algún cachete a mis hijos en momentos puntuales y no haber hablado con ellos para explicarles que no podían tirar el plato de la mesa solo porque estaba celoso del bebé que había llegado hacía ya cuatro meses.

Perdón por críar a nuestros hijos a base de amenazas; si no haces esto no iremos aquí. Aunque nosotros lo llamemos vida, ¿no es así al fin y al cabo como vivimos en esta sociedad a la que pido perdón ? Si vendes te quedas, si no, a la calle.


Perdón por querer hacer de nuestros hijos, unos adultos responsables, maduros y seguros de sí mismos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigo tu columna (mi hijo Víctor me la hizo leer la primera vez) y aunque no siempre de acuerdo con tu punto de vista, quiero darte las gracias por tus reflexiones sagaces y casi siempre acertadas de la sociedad en que vivimos.

En relación a "QUIERO PEDIR PERDON...", decir que me he sentido reflejada en casi todo.

Intentamos, tanto mi marido como yo, educar a nuestros hijos con valores que hoy por hoy parece que han caducado; valores tales como el respeto, la constancia, la solidaridad, el amor,.... Intentamos enseñarles a ser PERSONAS, si, personas con mayúsculas, aunque ello implique ir contra corriente, a ser el raro, el distinto, a ser arcaico o caduco.

Los vecinos comentan lo educados que son tus hijos, cediendo el paso, ayudando con las bolsas de la compra, dando los buenos días al entrar en el ascensor,… Pero lo peor es el sentimiento que me crea el oír estos comentarios, ya que pienso, ¡y eso no es lo correcto!, pues bien, parece que no, la mayoría pasa por tu lado y baja la cabeza para no tener que saludar, cierran rápidamente la puerta de la calle para no tener que sujetarla y decirte buenos días, van a las tiendas a comprar, y piden sin ningún tipo de educación lo que quieren como si fueran superiores, en lugar de decir: “Buenas tardes, sería tan amable de darme dos barras de cuarto”. Pero algún día, tal vez, sean ellos los que estén al otro lado de la puerta, del mostrador, tal vez sean ellos los que necesiten ayuda para cruzar la calle, tal vez sean ellos entonces los que quieran recuperar los valores de nuestros abuelos.

Vivimos en una sociedad cambiante, en la que hay muchos adelantos, buenos en su mayoría si se saben utilizar. Es genial jugar una partida de bolos en la consola con los amigos un día de lluvia, pero es mucho más divertido y sobre todo gratificante jugarla en la bolera o en la arena de la playa. Pero para que nuestros hijos jueguen en la arena de la playa, tenemos primero que llevarlos a la playa, enseñarles a jugar a bolos, y jugar con ellos. Sólo así podrán entender la diferencia. Si hacemos lo mismo al entrar al ascensor, tan vez, también entiendan la diferencia., ya que nuestro ejemplo constante no cae en saco roto, aunque así lo parece muchas veces.

Un ejemplo de ello fué un día, estando de vacaciones, un pelín enfadada dije: “Siempre repito lo mismo”, a lo que un hermano marista que estaba a mi lado me respondió: ”No es cierto. Hace muchos años que nos conocemos y al principio les decías a los niños: di gracias, pide perdón, di por favor,…. Ahora dices; ayuda a subir las escaleras, o cede el asiento,…”. Y es que aunque parezca mentira, nuestro discurso ha cambiado.

Eduquemos, pero desde el ejemplo.

NuriaTrallero.
La mamá de un alumno de 4º de la ESO

Mónica dijo...

Gracias por tu aportación y suerte en esta aventura de la educación. Un saludo
Mónica Rueda

Paul Piceno dijo...

HOla M
soy Paul Piceno de México, ilustrador y entre otras cosas no menos importantes padre de familia. Estoy conociendo el asombroso mundo de las gregüerías, me encantan pero por más q me esfuerzo desde hace 1 mes no logro hacer uan digna de recordar y escribir, cómo puedo generar una, tú sabes?? hay una fórmua, me siento tonto preguntando esto y por último sabes de un libro o autor q pueda comprar, te felcito por el blog está muy "chido", ah y suerte a la furia española
P